Blockchain para la gestión de la energía y los residuos

Los dispositivos que llamamos IoT (Internet of Things o Internet de las Cosas) que aportan datos a las redes son clave para una mejor utilización y gestión de la energía.  Es la forma en que una blockchain interactúa con el mundo físico para alimentarse de información.  Se pueden alcanzar niveles de medición nunca vistos hasta hoy mediante estos dispositivos, y el tipo de variables a medir aumentan sin parar, además, consumen la misma energía que recogen (solar, eólica, etc).  Hablamos de nanovatios, para hacernos una idea del bajo intercambio de energía que la IoT maneja.

Estos dispositivos inteligentes conectados a la red permiten cargar a la red los datos energéticos a las redes locales en tiempo real tras interactuar con el entorno, y así los usuarios, acceder desde cualquier sitio a los datos medidos y utilizar otros servicios llamando a otros sistemas, dando lugar a un sistema dinámico.

En la gestión de residuos en las grandes ciudades, la utilización de sensores IoT en camiones, contenedores, plantas de tratamiento etc, hace posible que la localización y su correspondiente registro se realicen en tiempo real.  Nos podemos hacer una idea, pues,  de cómo las Smart Cities del futuro afrontarán la transición hacia modelos de gestión de residuos más sostenible.

LA VISIBILIDAD CON BLOCKCHAIN

¿Pero qué papel puede desempeñar aquí la tecnología blockchain?

Por ejemplo, en las denominadas instalaciones de autoconsumo, una vez los dispositivos IoT captan la información tanto de generación de energía (fotovoltaica, por ejemplo), como de consumo en cada franja horaria (temperatura, electricidad, agua), se puede saber en todo momento la potencia óptima de funcionamiento de dicha instalación.  Cuando se registran estos datos en una blockchain, se convierten en un listado de transacciones inmutable y auditable, dando así una visibilidad y trazabilidad totales a nivel de certificación, generando así una confianza entre partes con intereses distintos.

Estos sistemas los podemos extrapolar, o escalar, a las ciudades. A distinta escala, gracias a la utilización de dispositivos IoT aportando datos a una red blockchain, podemos imaginar, de nuevo, las Smart Cities del futuro con una gestión eficiente y certificada de la energía.  Seguramente, esto no ha hecho más que empezar.

Si hablamos de gestión de residuos, el otro gran desafío global en la lucha contra el cambio climático, podemos ver las mismas ventajas: todas las partes que intervienen en el proceso de reciclaje (operadores, plantas de gestión de residuos, transportistas, administraciones públicas, ayuntamientos) pueden tener acceso a los datos relacionados con cada uno de los pasos en el proceso de la gestión de residuos.  Las transacciones quedan registradas y encriptadas, dando como resultado un libro totalmente inmutable y auditable.  En estos procesos en los que intervienen varias partes con intereses diferentes y en los que no existe una confianza entre dichas partes, es donde la tecnología blockchain representa una revolución.  

LAS MICRORREDES DE SUMINISTRO COMUNITARIAS: PROSUMIDORES

Convertir a los consumidores en productores de energía poniendo a disposición sus excedentes por el uso de placas fotovoltaicas va a democratizar el mercado energético, a la vez que lo va a convertir en un mercado mucho más eficiente y optimizado, y la tecnología blockchain facilita y certifica todo este proceso.

Los “prosumidores” (que es como llamamos a los consumidores que se convierten en productores una vez pueden aportar su excedente energético) alimentan la red con su excedente de energía a través de un medidor IoT habilitado para blockchain. Entonces, el flujo de electricidad se codifica automáticamente en la blockchain, los algoritmos emparejan compradores y vendedores en tiempo real basados en preferencias, y finalmente los smart contracts codificados en la blockchain se ejecutan cuando la electricidad se entrega, realizando transferencias en criptomoneda de comprador a vendedor.

Cuando todo este proceso se ha completado, los nodos en la red verifican las transacciones, generando el registro inmutable y 100% trazable.  De nuevo, un sistema que genera confianza entre partes.

MERCADOS DIGITALES

Este intercambio de energía entre iguales está facilitando la aparición de mercados descentralizados que eliminan la intermediación.  

Los mercados mayoristas actuales dependen de complejos procedimientos que requieren de infinidad de agentes intermedios: comerciales, corredores, bolsas, proveedores de logística y distribución y reguladores.  Esto hace que estos mercados sean sumamente ineficientes, con silos de información y fricciones entre partes.  

Sin embargo, la tecnología blockchain permite que un productor negocie directamente con un consumidor, pudiendo, como hemos visto ya, intercambiar roles: el productor se convierte en consumidor y el consumidor se convierte en productor, dependiendo de las necesidades y excedentes energéticos de cada parte.  Los acuerdos entre ellos se registran de forma inmutable en la blockchain mediante smart contracts, que se ejecutan automáticamente en el momento de la entrega.

De esta forma se están generando marketplace energéticos, descentralizados e independientes del mercado mayorista, eliminando los costes asociados a la intermediación: una nueva forma de tratamiento y democratización de la energía.

CONCLUSIÓN

Podemos ver, pues, que la inmutabilidad y auditabilidad características de la tecnología blockchain hacen posible un registro fiable de las transacciones energéticas entre iguales, lo que contribuye a una mejor y más eficiente aprovechamiento energético, algo que nos agradecerán las generaciones futuras.

Esto conlleva un cambio cultural y estructural, no exento de los desafíos propios de tecnologías disruptivas, como la tecnología blockchain.  Pero como decimos, esto no ha hecho más que empezar

Autor: Jaime Paz

Head of Customer Service en Ocean Network Express