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Publicado el 12/08/2024
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El mundo de las criptomonedas está en constante evolución, y con ello, surgen términos y conceptos que pueden parecer complejos, pero son fundamentales para entender este ecosistema. Uno de estos conceptos son los forks, que representan cambios en la blockchain y pueden determinar el futuro de una criptomoneda. En esta guía, explicaremos dos tipos específicos de forks: los hard forks y los soft forks.
Entender las diferencias entre uno y otro es crucial para cualquier entusiasta del sector porque estos eventos pueden tener implicaciones significativas en la red, su seguridad y su funcionalidad. ¡Acompáñanos y vamos allá!
En la tecnología blockchain, un "fork" o bifurcación es una modificación en el protocolo que rige una blockchain, dando como resultado una división de la cadena en dos ramas distintas. Como mencionamos en la introducción, existen dos tipos principales: hard fork y soft fork.
La primera opción introduce cambios incompatibles con versiones anteriores del protocolo, creando una nueva blockchain que puede llevar a la creación de una criptomoneda diferente. Por el contrario, un soft fork es retrocompatible, permitiendo que las nuevas reglas coexistan con las antiguas, siempre y cuando la mayoría de los participantes adopten las nuevas reglas.
Aunque algunos expertos consideran que los forks son un tanto polémicos, en realidad poseen una variedad de beneficios que impulsan el avance y la adaptabilidad de las redes blockchain. A continuación, profundizaremos en cada beneficio que consideramos relevante:
A través de un hard fork, se implementan cambios como el aumento del tamaño del bloque o la optimización de los algoritmos de consenso, lo que permite a la red manejar un mayor volumen de transacciones. De ese modo, se reducen los tiempos de confirmación y las tarifas de transacción, facilitando una mayor adopción de la tecnología.
Con un soft fork, es posible agregar características avanzadas sin interrumpir la compatibilidad con versiones anteriores. Por ejemplo, la implementación de Segregated Witness (SegWit) en Bitcoin, comentado en un principio, introdujo mejoras significativas en la capacidad de transacción y en la eficiencia de la red sin dividirla en dos ramas.
A través de forks, las blockchains abordan y resuelven problemas técnicos existentes en el protocolo original. Aquí se incluye la corrección de vulnerabilidades de seguridad, la eliminación de errores de software o la adaptación a nuevas demandas del mercado. Quiere decir que actúan como una herramienta para mantener la integridad y la funcionalidad de la red a lo largo del tiempo.
Los forks dan lugar a la creación de nuevas criptomonedas, produciendo oportunidades adicionales en el mercado. Fácilmente explicado, un hard fork podría dar como resultado una nueva moneda con características distintas a la original, atrayendo a inversores y desarrolladores interesados en explorar nuevas aplicaciones y modelos de negocio.
Las comunidades trabajan con nuevas ideas y mejoras, creando una competencia saludable que impulsa el progreso tecnológico y el desarrollo de soluciones más eficientes y efectivas.
Finalmente, los forks a menudo reflejan el consenso de la comunidad y la dirección en la que los participantes desean llevar la red. Al implementar cambios que tienen el respaldo de la mayoría, fortalecen el compromiso de la comunidad con el proyecto, garantizando que la blockchain evolucione de manera alineada con los intereses y necesidades de sus usuarios.
Para comprender qué es un hard fork, lo primero era explicar qué son los fork, y eso quedó claro en el primer concepto donde también te comentamos un poco sobre sus dos ramas que, precisamente, el hard fork es una de ellas. Entonces, se podría decir que se trata de una bifurcación en la blockchain que trabaja con cambios incompatibles con versiones anteriores del protocolo. Es decir, las nuevas reglas no son reconocidas por los nodos que operan con el antiguo protocolo.
Un hard fork funciona como una actualización o cambio en el protocolo de una blockchain que no es compatible con versiones anteriores. Pero su funcionamiento va mucho más allá, y aquí te lo explicaremos:
El proceso de un hard fork comienza con el desarrollo de un nuevo conjunto de reglas o protocolos para la blockchain. Este nuevo protocolo puede introducir mejoras significativas, como cambios en el tamaño del bloque, modificaciones en el algoritmo de consenso o la incorporación de nuevas características.
Los desarrolladores que proponen el hard fork trabajan en el código necesario para implementar estos cambios y, una vez completado, presentan la propuesta a la comunidad.
Una vez que el nuevo protocolo ha sido desarrollado, es necesario obtener el apoyo de la comunidad de usuarios y nodos de la blockchain. La aceptación se puede lograr a través de un proceso de votación o consenso dentro de la comunidad.
Si se alcanza el consenso necesario y se supera el umbral requerido, el nuevo protocolo se activa en un bloque específico de la cadena. A partir de ese bloque, los nodos que han actualizado su software comienzan a seguir las nuevas reglas, mientras que los nodos que no lo han hecho continúan siguiendo el protocolo antiguo.
Cuando el hard fork se activa, la blockchain se divide en dos ramas distintas. La nueva cadena sigue el protocolo actualizado, mientras que la cadena original sigue operando bajo el antiguo conjunto de reglas. Esto ocasiona dos blockchains independientes, cada una con su propio historial de transacciones a partir del punto de bifurcación.
La bifurcación dura puede llevar a la creación de una nueva criptomoneda que sigue el nuevo protocolo, mientras que la criptomoneda original continúa en la cadena antigua.
La creación de una nueva criptomoneda puede atraer a nuevos usuarios e inversores, y el valor de la criptomoneda original puede verse afectado por la bifurcación.
Además, la comunidad prueba divisiones, ya que los participantes pueden elegir apoyar una de las dos cadenas o continuar con el protocolo original. Las implicaciones para el mercado y la comunidad dependen de la aceptación y el éxito de la nueva cadena en comparación con la original.
Un ejemplo destacado de un hard fork es la bifurcación de Bitcoin que dio lugar a la creación de Bitcoin Cash en agosto de 2017. Para la fecha, Bitcoin, la criptomoneda original, había experimentado un aumento en el volumen de transacciones, lo que llevó a problemas de escalabilidad.
Las transacciones comenzaron a tardar más tiempo en confirmarse y las tarifas de transacción aumentaron significativamente. Para abordar estos problemas, se propuso un hard fork para aumentar el tamaño del bloque de 1 MB a 8 MB, con el objetivo de permitir un mayor número de transacciones por bloque y mejorar la velocidad de la red.
El hard fork fue desarrollado como una respuesta a las crecientes preocupaciones dentro de la comunidad de Bitcoin sobre cómo escalar la red. El 1 de agosto de 2017, el protocolo de Bitcoin se bifurcó en dos cadenas: Bitcoin (BTC) y Bitcoin Cash (BCH). La nueva cadena, Bitcoin Cash, implementó el aumento del tamaño del bloque a 8 MB, mientras que Bitcoin continuó con el tamaño de bloque original de 1 MB.
La creación de Bitcoin Cash tuvo un impacto significativo en la comunidad de criptomonedas. La bifurcación dio como resultado la creación de una nueva criptomoneda, Bitcoin Cash, que se negoció en los intercambios de criptomonedas y se valoró de manera independiente de Bitcoin.
Además, provocó una división en la comunidad de Bitcoin, con algunos usuarios y desarrolladores apoyando la nueva criptomoneda y otros permaneciendo con la cadena original.
En el caso de un soft fork, nos referimos a una actualización en el protocolo de una blockchain que es retrocompatible, donde las nuevas reglas introducidas son compatibles con las versiones anteriores del protocolo.
A diferencia de un hard fork, donde las reglas antiguas y nuevas no se pueden seguir simultáneamente, en un soft fork los nodos que no actualicen su software aún pueden validar bloques y transacciones bajo las nuevas reglas, siempre y cuando la mayoría de los participantes en la red adopten las modificaciones propuestas.
La opción se usa para promover mejoras y cambios que no alteran fundamentalmente la estructura de la blockchain, como optimizaciones en la seguridad o la eficiencia.
Está dicho que un soft fork trabaja como una actualización en el protocolo de una blockchain promoviendo cambios compatibles con versiones anteriores. Pero quédate leyendo este apartado porque te explicaremos punto por punto:
Todo empieza con el desarrollo y la propuesta de un nuevo protocolo. Estos cambios están diseñados para ser retrocompatibles, es decir, los nodos que no actualicen su software seguirán siendo capaces de participar en la red bajo el antiguo protocolo.
Las nuevas reglas pueden incluir mejoras en la eficiencia, en la seguridad o en la capacidad de la red. Una vez que el nuevo protocolo ha sido desarrollado, se propone a la comunidad de usuarios y desarrolladores para su adopción.
Para que un soft fork sea efectivo, es necesario que la mayoría de los participantes en la red adopten las nuevas reglas. La adopción se realiza mediante una actualización del software de los nodos, que deben seguir el nuevo protocolo.
A medida que un número suficiente de nodos actualiza su software, la red comienza a operar bajo las nuevas reglas. Durante este período de transición, los nodos que no han actualizado todavía pueden seguir validando bloques y transacciones bajo las reglas antiguas, ya que las nuevas reglas son compatibles con las anteriores.
Una vez que un porcentaje significativo de nodos ha adoptado el nuevo protocolo, los cambios propuestos en el soft fork se activan en un bloque específico, conocido como el bloque de activación.
Desde este punto, los bloques y transacciones deben cumplir con las nuevas reglas para ser considerados válidos. Los nodos que no han actualizado su software pueden continuar operando sin problemas, ya que las nuevas reglas están diseñadas para ser compatibles con el antiguo protocolo. Esto permite una transición gradual y evita la necesidad de dividir la blockchain en dos ramas separadas.
El soft fork ofrece una manera menos disruptiva de implementar mejoras en la blockchain, porque no provoca una bifurcación completa y mantiene la cohesión de la red.
Aunado a ello, da paso a que las actualizaciones sean adoptadas de manera progresiva, reduciendo el riesgo de conflictos dentro de la comunidad y facilitando la integración de nuevas funcionalidades sin causar una división en el mercado.
El mejor ejemplo es SegWit, propuesto para abordar dos problemas principales en la red Bitcoin: la capacidad de transacción limitada debido al tamaño del bloque de 1 MB y las vulnerabilidades en la forma en que las firmas digitales se almacenaban en las transacciones.
La solución de este proyecto era separar las firmas de las transacciones, lo que permitía almacenar más transacciones dentro de un bloque sin aumentar el tamaño del bloque. El desarrollo de SegWit fue impulsado por un consenso dentro de la comunidad de Bitcoin que buscaba mejorar la capacidad y la eficiencia de la red sin causar una bifurcación completa.
El soft fork se propuso como una mejora retrocompatible que no requería que todos los nodos actualizaran de inmediato para que la red continuara funcionando correctamente. El 23 de agosto de 2017, SegWit se activó en la red Bitcoin cuando se alcanzó el umbral de aceptación necesario, tras un período de activación que permitió a la mayoría de los nodos y mineros actualizar su software para admitir la nueva regla.
La implementación permitió un aumento efectivo en la capacidad de transacción de la red Bitcoin al optimizar el uso del espacio en los bloques sin modificar el tamaño del bloque de manera explícita. Incluso, la separación de las firmas digitales ayudó a resolver problemas relacionados con la maleabilidad de las transacciones, mejorando la seguridad y la integridad de la red.
En el ámbito de la tecnología blockchain, tanto los hard forks como los soft forks, como ya sabes, son mecanismos utilizados para actualizar o modificar el protocolo de una blockchain. Aunque ambos tipos de bifurcaciones permiten introducir cambios en las reglas de una red, difieren en su impacto y en cómo se implementan.
Un hard fork introduce cambios en el protocolo que no son compatibles con versiones anteriores. Esto significa que las nuevas reglas no se pueden seguir simultáneamente con las antiguas, lo que produce una división de la blockchain en dos ramas independientes. Cada una sigue su propio conjunto de reglas y puede llevar a la creación de una nueva criptomoneda.
Por su parte, un soft fork, lleva a cabo cambios en el protocolo que son retrocompatibles. Los nodos que no actualizan su software aún pueden validar bloques y transacciones bajo el antiguo protocolo, siempre que la mayoría de la red adopte las nuevas reglas. Así se da una transición más fluida sin dividir la blockchain en dos ramas separadas.
Un hard fork causa una bifurcación completa en la blockchain, ocasionando dos cadenas de bloques independientes que operan bajo diferentes conjuntos de reglas. En consecuencia, se da la creación de nuevas criptomonedas y puede afectar el valor y la dinámica de la criptomoneda original.
Sin embargo, un soft fork no divide la blockchain en dos ramas separadas. En su lugar, introduce mejoras dentro de la cadena existente, permitiendo que la red opere bajo las nuevas reglas mientras mantiene la compatibilidad con los nodos que aún utilizan el antiguo protocolo. Así se minimiza el impacto en la cohesión de la red.
La activación de un hard fork suele requerir un consenso más amplio dentro de la comunidad e implica un período de transición durante el cual los nodos deben actualizarse para seguir las nuevas reglas. Si no se alcanza el consenso, la bifurcación puede no ocurrir o dar lugar a conflictos significativos.
Contrariamente, un soft fork es menos disruptivo y suele ser implementado mediante un proceso gradual. Los cambios entran en vigor en un bloque específico cuando se alcanza el umbral necesario de adopción por parte de la mayoría de los nodos. La transición suele ser más suave y menos conflictiva en comparación con un hard fork.
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Si te interesa el interesante mundo del blockchain, es esencial que comprendas todo sobre los forks y las diferencias entre sus dos opciones: hard forks y soft forks. Ambos tipos de bifurcaciones son testimonio de la flexibilidad y la resiliencia del ecosistema blockchain. Nos recuerdan que, en este mundo de innovación continua, la capacidad de adaptarse y mejorar es tan crucial como la tecnología misma.
Así que, al observar cómo estos mecanismos forjan el futuro de las criptomonedas, recordemos que cada fork, ya sea duro o suave, es una pieza esencial en el rompecabezas de la evolución digital, moviendo a la blockchain un paso más cerca de su potencial completo.
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