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Publicado el 29/01/2025
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La Inteligencia Artificial (IA) ha revolucionado el mundo moderno, permitiendo avances significativos en automatización, análisis de datos y eficiencia empresarial. Sin embargo, detrás de esta revolución digital existe una infraestructura tecnológica crítica que permite su funcionamiento. Desde la energía hasta los centros de datos y el acceso a grandes volúmenes de información, la Inteligencia Artificial depende de recursos clave para operar y expandirse.
El consumo energético de la IA es significativo y sigue creciendo a medida que los modelos se vuelven más avanzados y demandantes en cálculo. Las principales fuentes de energía para la IA incluyen:
Los centros de datos que alojan servidores y procesadores de IA requieren grandes cantidades de energía para operar. Se estima que la industria de los centros de datos consume alrededor del 1% de la electricidad mundial, una cifra que podría aumentar con la expansión de la IA. A medida que los modelos de Inteligencia Artificial crecen en complejidad, también lo hace la cantidad de electricidad que requieren para funcionar. Es cierto que avances en eficiencia, como los recientes demostrados por DeepSeek, logran reducir el consumo de energía por unidad de cómputo. Sin embargo, como explicamos en el artículo anterior, DeepSeek y la Paradoja de Jevons: Por Qué la Demanda de IA No Disminuirá, a nivel global no necesariamente se reducirá el consumo total de energía.
Para reducir su huella de carbono, muchas empresas tecnológicas están invirtiendo en energías renovables, como la solar y la eólica, para alimentar sus centros de datos. Google, Microsoft y Amazon han anunciado ambiciosos planes para utilizar energía 100% renovable en sus operaciones de IA. Sin embargo, la transición hacia energías renovables presenta desafíos, como la intermitencia en la generación de energía, que requiere soluciones innovadoras de almacenamiento y distribución.
El uranio y la energía nuclear están emergiendo como soluciones viables para alimentar los crecientes requerimientos energéticos de la IA. A diferencia de las energías renovables, la energía nuclear ofrece una producción constante y fiable, lo que podría hacerla esencial para el futuro de la inteligencia artificial. La estabilidad y alta densidad energética de la energía nuclear podría ser la clave para garantizar la disponibilidad de electricidad necesaria para el entrenamiento de modelos avanzados de IA.
Los centros de datos son instalaciones especializadas que almacenan y procesan la información que utilizan los algoritmos de Inteligencia Artificial. Estos complejos incluyen:
Dado su alto consumo energético, los centros de datos suelen ubicarse en lugares con climas fríos para reducir los costos de refrigeración. Países como Suecia, Finlandia y Canadá han visto un aumento en la inversión en centros de datos debido a sus condiciones climáticas favorables. La optimización del enfriamiento de estos centros de datos es crucial para mantener el hardware funcionando de manera eficiente y prolongar su vida útil.
Sin acceso a grandes volúmenes de datos, la IA no podría entrenarse ni mejorar su rendimiento. La recopilación y gestión de datos es clave en su desarrollo.
La inteligencia artificial se nutre de grandes volúmenes de datos para aprender patrones, generar predicciones y automatizar tareas. Las fuentes de estos datos incluyen:
Los algoritmos de IA requieren conjuntos de datos limpios, organizados y de alta calidad para producir resultados precisos. Las empresas invierten cada vez más en herramientas de procesamiento y curación de datos para garantizar la fiabilidad de la información utilizada en sus modelos.
Con el aumento de la recopilación de datos, también han surgido preocupaciones sobre la privacidad y el uso ético de la información. Regulaciones como el GDPR en Europa y la CCPA en California buscan proteger a los usuarios y garantizar el uso responsable de sus datos. Las empresas deben cumplir con normativas estrictas para evitar sanciones y mantener la confianza de los usuarios.
A medida que la Inteligencia Artificial sigue evolucionando, también lo hace la infraestructura que la sostiene. Algunos desarrollos clave incluyen:
La Inteligencia Artificial depende de una infraestructura robusta que involucra grandes cantidades de energía, centros de datos avanzados y acceso a datos masivos. A medida que la IA sigue expandiéndose, las inversiones en energía renovable, tecnología de procesamiento y regulaciones de datos serán fundamentales para garantizar su desarrollo sostenible.
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